LA ERA NAPOLEÓNICA
No había pasado aún cinco meses desde el momento en que el Directorio asumiera el poder cuando comenzó la primera fase de las guerras napoleónicas (marzo de 1796 – octubre 1797), durante este periodo se habían producido tres golpes de estado por parte de los partidarios burgueses, además de esto se tuvo que soportar una serie de conspiraciones por parte de los reformistas radicales, la represión que había hecho Napoleón Bonaparte en 1796 da lugar a la creación de la “Conjuration des Égaux” (conspiración de los iguales) insurrección que no llegó a consumarse debido a que su líder Francois Nöel fue traicionado y después ejecutado.
Napoleón Bonaparte
Considerado como uno de los mayores genios militares de la historia, Napoleón nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio capital de Córcega cuando esta pertenecía a Francia, tenía un carácter huraño y apesadumbrado, se mantenía apartado de sus compañeros, sentía tremenda aversión contra los franceses a quienes acusaba de ser opresores de los corsos, su padre lo mando a estudiar en la escuela militar francesa a la edad de 10 años, tras su graduación en 1784 fue admitido en la École Royale Militaire de París al terminar sus estudios fue comisionado como teniente segundo de artillería a la edad de 16 años.
La determinación que tenía, su gran capacidad de trabajo y su frialdad bajo el fuego enemigo hicieron que ganara popularidad rápidamente. El 3 de octubre de 1795 dirigió la defensa de la convención contra una protesta que se había levantado por los excesos que cometía y la tiranía con la que gobernaba, Bonaparte logró repeler a los insurgentes este triunfo le dio gran fama y poder sobre el Directorio.
Dirigió la invasión de Italia de manera exitosa, pero desoyendo las órdenes del Directorio no marcho contra Roma, durante esta campaña en Italia se convirtió en una figura política de gran influencia en Francia.
En marzo de 1798 propuso llevar a cabo una campaña para colonizar Egipto que en ese entonces era una provincia del Imperio Otomano, con el propósito de contar con una ruta comercial hacia las indias, de camino a Egipto conquistó Malta y el 1ro de julio de 1798 desembarcó en Alejandría, estando en Egipto Bonaparte hizo que la servidumbre y el feudalismo fueran abolidos y los derechos básicos de los ciudadanos sean garantizados.
Etapas de la era Napoleónica
El consulado 1799 - 1802
Napoleón Bonaparte que se encontraba en su campaña militar en Egipto, se enteró de la situación política que acontecía en Francia, el 23 de agosto regresa sorpresivamente, aunque algunos le acusaron de abandonar sus funciones militares, él tenía el permiso del Directorio quien había sufrido la derrota por la segunda coalición formada por la alianza entre Gran Bretaña, Austria, Rusia, Nápoles y Portugal y el Imperio Otomano quienes temían una invasión de Francia. Cuando Napoleón llega a Francia la situación militar había mejorado pero la República se encontraba en bancarrota y el Directorio corrupto e ineficiente, en eso uno de los Directores Sieyes pidió su respaldo para ejecutar un golpe de estado contra la Constitución existente. El Consejo de Ancianos había sido convocado para tratar la conspiración de los jacobinos el consejo acordó trasladarse a Saint Could por motivos de seguridad. El 10 de noviembre de 1799 (18 brumario) tropas dirigidas por Napoleón tomaron control y dispersaron a los consejos, a la cabeza de este golpe se encontraba también su hermano Lucien que era cabeza del consejo de los quinientos; una vez conseguido tomar el control, se quedaron a la cabeza Napoleón, Sieyes y Ducos como cónsules provisionales, Sieyes deseaba quedarse con el control absoluto pero Napoleón se le adelantó redactando la Constitución del año VIII que aseguraba su elección como Primer Cónsul, de forma inmediata se preparó la reforma constitucional, se tomaron medidas para asegurar el orden social, acompañando con las medidas económicas estaba el destierro de los jacobinos, con todo esto la fama de Napoleón iba creciendo y se le comenzó a conocer como el “salvador de la Patria”, a pesar que Francia contaba con tres cónsules, solo Napoleón llegó a ejercerlo debido a un truco legal consistente en iniciar el gobierno de los cónsules por orden alfabético (Bonaparte, Ducos, Sieyes)
Este golpe de Estado, que en principio pretendía acabar con la corrupción del anterior gobierno y favorecer los intereses de la nueva burguesía republicana le condujo a ocupar el título de Emperador de Francia el 2 de diciembre de 1804.
El consulado vitalicio 1802
Según la Constitución del año VIII Napoleón tenía poderes casi dictatoriales, la Constitución del año X dictada por él en el año de 1802 le da el carácter de Cónsul vitalicio. Durante mucho tiempo, se ha relacionado esta fecha (18 de brumario) con el concepto de golpe de Estado, tanto que en 1851, Karl Marx publica su obra titulada El 18 de brumario de Luis Bonaparte, relacionando el momento histórico con el concepto de cesarismo, aunque considerando Marx que dicho concepto no es aplicable a la realidad de su tiempo, debido al diferente carácter de las clases en pugna en comparación con las existentes durante el momento de Julio César.
Napoleón Bonaparte en poco tiempo llevó a cabo importantes reformas: la pacificación interna de Francia mediante amnistías a los emigrados y a los realistas; el reconocimiento de la religión católica como la del primer cónsul y de la mayoría de los franceses, aunque Iglesia y Estado se mantenían separados; un gran impulso a la agricultura fomentando la producción de trigo y patatas, la industria sobre todo la textil y la minería del carbón, el comercio, las comunicaciones y la cultura, fundó numerosos Liceos o centros de enseñanza secundaria. Su más valiosa obra es la promulgación de un Código Civil, en 1804, que significaba la aplicación legal de los principios de la Revolución: libertad de las personas, derecho de propiedad, libertad de conciencia, de trabajo y abolición de los derechos feudales. La nueva estructura jurídica se encontraba sostenida en dos ejes. Primero, tenía por base el tradicional derecho franco-germano del norte, con influencias germánicas tanto de los principados alemanes como de los Países Bajos. En segundo lugar, la tradición romanista basada en el Corpus Iuris Civilis, aunque modificada por los comentaristas medievales, del sur de Francia.
Este código estaba divido en tres libros: El primero estaba dedicado al derecho de la persona y sus relaciones familiares (salvo las económicas existentes entre los conyugues); el segundo libro dedicado a los derechos sobre las cosas y las diferentes modificaciones de la propiedad; y el tercer y último bajo el título de “diferentes modos de adquirir la propiedad”, donde se encuentra las herencias, el contrato y demás fuentes de la obligación. El Código de Napoleón es digno de elogio por numerosas razones: está redactado en un lenguaje claro, sencillo, conciso y de gran valor literario; consigue aunar todos los materiales tradicionales con numerosas ideas de la Revolución, armonizando los factores romanistas con la poderosa influencia del Derecho consuetudinario de inspiración germánica por un lado, y por otro, expresando las consecuencias de la soberanía popular conquistada entonces, a través de las ideas individualistas y la preocupación por la tutela de las libertades personales contra un posible retorno al Antiguo Régimen. Se trata de un código de gran precisión técnica en el plano jurídico, que satisface todas las necesidades de la clase burguesa ascendente y de una sociedad en vías de desarrollo bajo un signo liberal y capitalista.
Si bien es cierto que Bonaparte era un regente autoritario, no es menos cierto que la mayoría de Europa estaba gobernada por monarquías absolutas. Bonaparte trató de restaurar la ley y el orden después de los excesos causados por la Revolución, al mismo tiempo que reformaba la administración del Estado.
El Imperio 1804
En mayo de 1804 se promulgó la Constitución del año XII, por la cual Napoleón era nombrado «emperador de los franceses», con carácter hereditario. La consagración del emperador tuvo lugar en la catedral de Notre-Dame, con gran pompa, el 2 de diciembre de 1804, con la presencia del papa Pío VII.
Las potencias europeas se enfrentaron a Napoleón con varias coaliciones, en las que la principal instigadora siempre fue Gran Bretaña, mientras que los restantes países intervenían en unas y se mantenían neutrales en otras. En 1805, luchando contra la tercera coalición, Napoleón derrotó a austríacos y rusos, pero ese mismo año, en aguas de Trafalgar, el almirante inglés Nelson derrotaba a la escuadra franco-española, desapareciendo para siempre para los franceses todas las posibilidades de invadir y vencer a Gran Bretaña, aunque en un intento de derrotarla económicamente se declaró el bloqueo continental, que cerraba los puertos europeos a los barcos ingleses. También fue vencida la cuarta coalición y se firmó la paz de Tilsit, en 1807, que supuso el reparto del mundo entre Napoleón y el zar Alejandro I de Rusia, marcando el cenit de la gloria napoleónica. Pero pronto aparecieron las diferencias entre Napoleón y el zar ruso, como la cuestión polaca (ducado que protegía Francia) o la ruptura del bloqueo continental por parte de Alejandro I.
Así, Napoleón fue preparando entre los años 1811 y 1812 un ataque a Rusia para el que llegó a reunir un ejército de 700.000 hombres, y en 1812 penetró con ellos en la Polonia rusa. Pero por la falta de coordinación de un ejército tan numeroso, las maniobras se hicieron difíciles, y la amplia llanura rusa no se prestaba a la táctica de las rápidas sorpresas en la que solía basar Napoleón sus ofensivas. Cuando el ejército llegó a Moscú, encontró la ciudad desierta y devastada, las tropas rusas se habían internado en el país sin presentar batalla, y Napoleón acabó por emprender la retirada. El retroceso de su ejército fue muy duro por el frío y los ataques de los cosacos, perdiéndose hasta 500.000 hombres, los caballos y el material de guerra.
Tras el desastre, Napoleón tuvo que hacer frente a una sexta coalición que le venció en Leipzig, en 1813. Entonces, aprovechando la situación, los aliados atacaron de nuevo a las tropas francesas, esta vez en Suiza e Italia, obligándolas a retroceder y llevando la guerra a territorio francés. París cayó en manos de los aliados el 6 de abril de 1814, lo que obligó a Napoleón a abdicar. Se le concedió el reino de la isla de Elba y los Borbón fueron restaurados en el trono en la persona de Luis XVIII, hermano de Luis XVI, con las fronteras de Francia reducidas a las de antes de la Revolución.
La Restauración monárquica fue impopular en Francia desde el primer momento, porque el nuevo rey seguía defendiendo la monarquía absoluta, mientras que Bonaparte se había convertido en un héroe.
Las guerras Napoleónicas
Se conoce con el nombre de guerras napoleónicas a una serie de guerras liberadas entre Francia y varias naciones europeas desde 1799 hasta 1815. En 1799 Francia estaba bajo el dominio de Napoleón quien fue coronado como Emperador de Francia el 1804 con el nombre de Napoleón I Bonaparte. Estos enfrentamientos fueron una continuación de las guerras mantenidas después de la revolución.
Primera coalición 1793 - 1797
Durante la primera coalición Francia se enfrentó contra Austria, Prusia, Gran Bretaña, España y las Provincias Unidas (Países Bajos), esta primera coalición se dio cuando el directorio confió a Napoleón la dirección del ejército en las operaciones militares contra las tropas austriacas en el norte de Italia en 1796, si bien esta primera coalición se dio durante el tiempo del Directorio, pero se considera como la primera fases de las guerras napoleónicas porque es ahí donde el líder francés desplegó sus capacidades militares.
Segunda coalición 1798 - 1802
Cuando Napoleón se encontraba en Egipto, se produjo la segunda coalición formada por Rusia, Gran Bretaña, Austria, el reino de Nápoles, Portugal y el Imperio Otomano. En inicio las tropas francesas no tenían buenos resultados pues habían perdido en varias batallas, en 1799 Napoleón regresó de Egipto y pasó a ser líder del consulado y ofreció paz a los aliados, la coalición rechazó esta propuesta y Napoleón planeó una serie de estrategias en contra de Austria quien fue vencido en la batalla de Marengo el 14 de junio, en 1802 se firmó la paz de amiens con Gran Bretaña, paz que no duró mucho tiempo pues los británicos se negaron a devolver la isla de Malta a los caballeros de San Juan de Jerusalén por lo que se inició nuevamente las hostilidades entre ambos países.
Tercera coalición 1805
Al iniciarse nuevamente los conflictos con Gran Bretaña, Napoleón abandono su idea de formar un imperio en Norte América, vendiendo Luisiana a EEUU. En 1805 Austria, Rusia y Suecia se unieron a Gran Bretaña en su conflicto contra Francia, el 2 de diciembre de 1805 se produjo la batalla de Austerlitz, conocida con el nombre de la batalla de los tres emperadores porque fueron tres emperadores que estuvieron en el campo de batalla además del de Francia, el emperador de Austria, del Sacro Imperio Romano Germánico y el zar de Rusia.
Cuando las tropas austriacas se rindieron, Napoleón aprovechó para nombrar a su hermano José I como rey de Nápoles en 1806, así mismo nombró a su hermano Luis I rey de Holanda. El 12 de julio de 1806 se reunieron en Francia dieciséis príncipes alemanes y firmaron oficialmente una confederación conocida con el nombre de “confederación del Rin”, con este documento se separaban del Sacro Imperio Romano Germánico y se aliaban con Francia hecho que ponía fin al Sacro Imperio. Pero en octubre de 1805 las tropas hispano-francesas sufrieron una dura derrota por las tropas británicas comandadas por Horatio Nelson en la batalla de Trafalgar enfrentamiento que se produjo en las costas del sur de España en el Golfo de Cádiz. A raíz de esta derrota Napoleón puso en marcha su política del “Sistema Continental” con el que se trataba de impedir comerciar a Gran Bretaña con otras naciones europeas, los decretos de Napoleón I consiguieron reducir en gran medida las importaciones de Europa, lo que originó un aumento general del coste de muchos productos y generó una amplia red de contrabando en torno a la adquisición de suministros. Varios países decidieron fabricar los artículos que anteriormente importaban y algunos de estos intentos sentaron las bases de grandes industrias que se desarrollaron después del periodo napoleónico. La superioridad naval de los británicos dificultó la aplicación del Sistema Continental e hizo fracasar la política económica europea de Bonaparte.
Cuarta coalición 1806
En 1806 se formó la cuarta coalición en contra de Francia conformados por Prusia, Gran Bretaña, Rusia y Suecia; Napoleón I Bonaparte tuvo gran éxito en estas campañas, pues derrotó a los prusianos en la batalla de Jena el 14 de octubre y el mismo año tomó Berlín, a continuación derrotó a los rusos en la batalla de Friedland, con esta derrota Rusia tuvo que ceder sus posesiones polacas y aliarse a Francia.
Nacionalismo anti napoleónico
En 1808, Napoleón dominaba toda Europa, a excepción de Rusia y Gran Bretaña. Las principales razones del posterior declive fueron el surgimiento del espíritu nacionalista en varias de las naciones europeas derrotadas y la persistente oposición de Gran Bretaña, que, a salvo ya de una invasión gracias a la superioridad de su armada, no cesó de organizar y financiar nuevas coaliciones contra Napoleón. España fue la primera nación en la que Bonaparte tuvo que hacer frente a las insurrecciones nacionalistas que provocaron su caída. El emperador francés, después de haber destronado al rey Carlos IV de España, nombró a su hermano José Bonaparte rey de este país en 1808 aprovechando la debilidad de los Borbones Carlos IV y Fernando VII. Los españoles se rebelaron y expulsaron al nuevo gobernante de Madrid. Se desató la guerra de la Independencia española (1808-1814) entre los franceses, que intentaban restaurar a José I Bonaparte en el trono, y los españoles, apoyados por las fuerzas británicas mandadas por Arthur Colley Wellesley, duque de Wellington. Los franceses fueron derrotados, y el número de bajas que sufrieron perjudicó seriamente a Napoleón cuando se vio obligado a hacer frente a sus nuevos enemigos del este y el norte de Europa. Su primera oponente era Austria, que se unió a Gran Bretaña para formar la Quinta Coalición en 1809. El emperador francés derrotó a los austriacos en Wagram (julio de 1809) y les obligó a firmar el Tratado de Viena, por el cual Austria perdió Salzburgo, parte de Galitzia y grandes áreas de sus territorios del sur de Europa. Asimismo, se divorció de su primera mujer y contrajo matrimonio con la hija de Francisco II de Austria, con la vana esperanza de que este país no participara en nuevas coaliciones contra él.
Los cien días
París fue ocupado el 31 de marzo de 1814 por los aliados. El 3 de abril Napoleón fue depuesto por el Senado, y bajo la presión de sus mariscales, Napoleón abdicó salvaguardando los derechos de su hijo, pero ante la imposibilidad de emprender una ofensiva sobre París por la huida de Marmont, abdicó nuevamente el 6 de abril, esta vez incondicionalmente, y así poder negociar con los aliados. El 11 de abril, el tratado de Fontainebleau estableció la renuncia de soberanía en Francia e Italia para sí y su familia, y su exilio a la isla de Elba, una isla pequeña a 20 km de la costa italiana, manteniendo su título de emperador vitalicio.
El Congreso de Viena (1814–1815) dispuso el nuevo orden en la Europa post-napoleónica. En Francia, los realistas instalaron en el poder a Luis XVIII. María Luisa y su hijo quedaron bajo la custodia del padre de ésta, el emperador Francisco I, y Napoleón no volvió a verlos nunca. Consciente de los deseos de los ingleses de desterrarlo a una isla remota en el atlántico y del rechazo del pueblo francés a la restauración borbónica, escapó de Elba en febrero de 1815 y desembarcó en Antibes el 1 de marzo desde donde se preparó para retomar Francia.
El rey Luis XVIII envió al Quinto Regimiento de Línea, comandado por el Mariscal Michel Ney, que había servido anteriormente a Napoleón en Rusia. Al encontrárselo en Grenoble, Napoleón se acercó solo al regimiento, se apeó de su caballo y, cuando él estaba en la línea de fuego del capitán Randon, gritó «Soldados del Quinto, ustedes me reconocen. Si algún hombre quiere disparar sobre su emperador, puede hacerlo ahora». Tras un breve silencio, los soldados gritaron « ¡Vive L'Empereur!» y marcharon junto con Napoleón a París. Llegó el 20 de marzo, sin disparar ni un solo tiro y aclamado por el pueblo, levantando un ejército regular de 140.000 hombres y una fuerza voluntaria que rápidamente ascendió alrededor de 200.000 soldados. Era el comienzo de los Cien Días.
Establecido de nuevo en París, promulgó una nueva constitución, de carácter más democrático y liberal que la vigente durante el imperio. Muchos veteranos acudieron a su llamada, comenzando de nuevo el enfrentamiento contra los aliados. El resultado fue la campaña de Bélgica, que concluyó con la derrota en la batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815.
El pueblo de París lo apoyaba en la lucha pero los políticos le retiraron su apoyo, por lo que abdicó en favor de su hijo Napoleón II. Marchó a Rochefort donde capituló ante el capitán del buque británico Bellerophon.
Napoleón fue encarcelado y desterrado por los británicos a la isla de Santa Helena en el Atlántico, el 15 de julio de 1815. Allí, con un pequeño grupo de seguidores, dictó sus memorias y criticó a sus aprehensores. Napoleón Bonaparte en Santa Helena, enfermo del estómago durante mucho tiempo, aquejado de una continua pesadez y un dolor en el costado derecho, los médicos creían que era una afección hepática, pero él sospechó inmediatamente que estaba atacado de la misma dolencia de su padre, un cirro en el píloro o cáncer de estómago, pero no se lo dijo a nadie hasta que estuvo lo suficientemente seguro de que así estaba sucediendo.
Sin embargo, recientes investigaciones realizadas a muestras de cabello del general (cortado poco tiempo después de morir) que habían estado guardadas en un sobre vacío, revelan que estaban impregnadas con arsénico hasta tal punto, que se necesitaban dosis altamente peligrosas para lograr aquella concentración. Esto último sugiere que es altamente probable que pudo morir a causa del veneno (lo que también concordaría con sus síntomas), ya sea de forma intencionada o no. Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821.