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NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN ECONÓMICA

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GENERALIDADES

Con la revolución industrial que avanzaba a grandes pasos, las nuevas empresas requerían de grandes recursos, los cuales no podía ser subvencionado por las personas particulares, por lo que se hizo necesaria la formación de nuevas instituciones financieras que pudieran solucionar el problema de los recursos.

  1. Sociedad Anónima: expresión jurídica por la que se encauza una actividad de índole económica o empresarial y que se define por algunas singularidades en el área de las sociedades mercantiles. Su fin es el de reunir capital el cual está dividido en acciones, los accionistas o socios no responde de manera directa o personal de las deudas de la sociedad.

  2. Bolsa de valores: Es un mercado organizado y especializado, en los que se realizan transacciones comerciales con títulos, valores por medio de intermediarios autorizados. Estas bolsas ofrecen a sus miembros las facilidades, mecanismos e instrumentos técnicos que facilitan la negociación a precios determinados mediante subastas. La función primordial de estas bolsas es la de proporcionar a los participantes información veraz objetiva, completa y permanente de los valores y las empresas inscritas en la Bolsa.

  3. Bancos de ahorro y crédito: Un banco es una empresa financiera que se encarga de captar recursos en forma de depósitos y préstamos de dinero, así como la prestación de servicios financieros.

Con el desarrollo de estas nuevas instituciones, la economía capitalista entró en una etapa de máximo desarrollo.

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TRANSFORMACIONES SOCIALES

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La burguesía

Durante la Edad Media, se denominó burgués al grupo social que estaba formado por comerciantes, artesanos libres, es decir, personas que no estaban sometidas al poder señorial y que vivían en las ciudades o burgos.

La burguesía se ve más afianzada con la Revolución francesa, de modo que durante el siglo XIX la industrialización le dio poder económico y político.

Esta burguesía es heterogénea donde se pueden distinguir los siguientes grupos:

  1. La alta burguesía: Es la cúspide de la sociedad capitalista, controla la industria, banca, comercio y altos cargos.

  2. La burguesía media: Conocida como “Clases medias” compuesta por profesionales tales como: abogados, ingenieros, intelectuales, profesores.

  3. La burguesía pequeña: Constituida por pequeños comerciantes, artesanos y funcionarios de nivel medio-bajo.

El año 1814 y 1815 se realiza el Congreso de Viena (Austria) con el objetivo de restaurar la situación de Europa a la forma de como era antes de la Revolución francesa (1879) y en 1815 se celebra la Cuádruple alianza entre: Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra, el objetivo de esta alianza era conformar un pacto de seguridad contra Francia para evitar que las ideologías liberales se propaguen por Europa, consolidando nuevamente las monarquías en Europa. A consecuencias de estas alianzas los grupos liberales fueron perseguidos, esta persecución dio lugar a la creación de sociedades secretas que difundían las ideas liberales.

El liberalismo

Sistema filosófico, económico y político que promueve las libertades civiles, es contraria al poder absoluto del Estado y su intervención en asuntos civiles con el objetivo de que el individuo pueda desarrollar sus capacidades individuales, ejercer su libertad política, religiosa y económica.

El liberalismo clásico fue difundido por Montesquieu, John Locke que influyo de manera decisiva en la independencia de Estados Unidos y en la revolución francesa.

Sus principales características son:

  1. El individualismo, que considera al individuo como primordial, persona única y en ejercicio de su libertad.

  2. La libertad como un derecho inviolable en los aspectos de: libertad de pensamiento, de expresión, asociación, etc.

  3. Igualdad entre las personas.

  4. Derecho de propiedad privada como fuente de desarrollo e iniciativa individual.

  5. Tolerancia religiosa en un estado laico.

El proletariado

Junto con la burguesía aparece otra antagónica que es la clase proletaria. Esta clase social durante el imperio romano la constituían los pobres que solamente podían servir al estado con su prole; más tarde se denominó de esta manera aquellos que carecían de bienes, este término se identifica con los obreros.

Es la clase social formada por los obreros asalariados de la sociedad capitalista, carecen de propiedad sobre los medios de producción y por ello están obligados a vender su fuerza de trabajo.

Las características de proletariado en el S. XIX son:

  1. Se concentran en las ciudades donde están las industrias.

  2. Padecer duras condiciones de trabajo (jornadas largas, falta de higiene, inseguridad; esta condición le llevaba a dos cosas uno a sumirse en el vicio o a la protesta y búsqueda de la reivindicación.

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DOCTRINAS SOCIALES

El incremento exponencial de la producción consolida al Capitalismo como sistema económico y surge el Imperialismo. La clase social que tiene el capital es la burguesía y adquiere en esta época también un poder político y económico desplazando así a la aristocracia.

Y con el desarrollo del sistema fabril se produce el desarrollo de la clase obrera, la que debe soportar pésimas condiciones laborales, económicas y sociales. Pero como respuesta a la inquietud y la injusticia social se originan las corrientes socialistas y las movilizaciones de los trabajadores que empiezan a organizarse a través de los sindicatos.

El utopismo

Este término fue concebido por Tomás Moro en su obra, donde Utopía es el nombre dado a una comunidad ficticia cuya organización política, económica y cultural contrasta en numerosos aspectos con las sociedades humanas contemporáneas a Tomás Moro. Tienen una fuerte influencia de la obra de Platón “La República” obra que presenta a una sociedad idealizada.

Utopía según Tomás Moro: Él crea una comunidad ficticia con ideales filosóficos y políticos, entre otros, diferentes a los de las comunidades contemporáneas a su época. Utopía es una comunidad pacífica, que establece la propiedad común de los bienes en contraste con el sistema de propiedad privada.

Robert Owen: Él tiene la idea de que el hombre es producto de la sociedad, el hombre es un libro en blanco que la sociedad, mediante sus agentes socializadores, procede a escribir. Parte de la idea de que las condiciones de vida determinan la suerte, el hombre depende de su entorno natural y social. El hombre es bueno por naturaleza, pero las circunstancias no le dejan. Robert Owen plantea la creación de comunidades agrícolas, en donde no exista la propiedad privada, a diferencia de Saint Simón supedita la industria a la agricultura.

Saint Simón: propone la creación de un régimen industrial; y la tercera fase donde su visión industrialista lo lleva a oponerse al liberalismo y el principio de propiedad privada, dando lugar a un socialismo utópico.

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El sindicalismo

Movimiento revolucionario que defiende que el control del gobierno y la industria debe estar en manos de los sindicatos, lo que se logra mediante acciones directas como huelgas, sabotajes. En la práctica, se considera que los sindicatos son instrumentos que han de servir para mejorar las condiciones de los trabajadores dentro de la sociedad existente. Sin embargo, el sindicalismo busca la creación de una sociedad sin Estado, donde la producción se destina a satisfacer las necesidades de la comunidad y no a obtener beneficios.

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El socialismo

Teoría política y económica que defienden un sistema basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal de los sectores económicos.

Término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.

Si bien sus inicios se remontan a la época de la Revolución Francesa y los discursos de François Nöel Babeuf, el término comenzó a ser utilizado de forma habitual en la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales radicales, que se consideraban los verdaderos herederos de la Ilustración tras comprobar los efectos sociales que trajo consigo la Revolución Industrial. Entre sus primeros teóricos se encontraban el aristócrata francés conde de Saint-Simón, Charles Fourier y el empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen. Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por razones éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los degradaba, transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los trabajadores se hundían en la miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos de superproducción o escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que permitía que los recursos humanos no fueran aprovechados o quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades. El socialismo suponía una reacción al extremado valor que el liberalismo concedía a los logros individuales y a los derechos privados, a expensas del bienestar colectivo.

Sin embargo, era también un descendiente directo de los ideales del liberalismo político y económico. Los socialistas compartían con los liberales el compromiso con la idea de progreso y la abolición de los privilegios aristocráticos, aunque, a diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo por considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer sin obstáculos.

El fin del socialismo es dar satisfacción a las crecientes necesidades materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros sobre la base de desarrollar de manera incesante y planificada la economía nacional, de incrementar ininterrumpidamente la productividad del trabajo social. La economía socialista se apoya en la propiedad estatal (de todo el pueblo), que pertenece al pueblo entero en la persona del Estado, y en la propiedad cooperativo koljosiana que es una propiedad de grupos, colectiva.

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El capitalismo

Sistema económico en el que los individuos privados y las empresas de negocios llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante complejas transacciones en las que intervienen los precios y los mercados. Aunque tiene sus orígenes en la antigüedad, el desarrollo del capitalismo es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al capitalista.

El término kapitalism fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx. Otras expresiones sinónimas de capitalismo son sistema de libre empresa y economía de mercado, que se utilizan para referirse a aquellos sistemas socioeconómicos no comunistas. Algunas veces se utiliza el término economía mixta para describir el sistema capitalista con intervención del sector público que predomina en casi todas las economías de los países industrializados.

Se puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer. Con una frase que se ha hecho famosa, Smith decía que la combinación del interés personal, la propiedad y la competencia entre vendedores en el mercado llevaría a los productores, "gracias a una mano invisible", a alcanzar un objetivo que no habían buscado de manera consciente: el bienestar de la sociedad.

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Características del capitalismo

A lo largo de su historia, pero sobre todo durante su auge en la segunda mitad del siglo XIX, el capitalismo tuvo una serie de características básicas. En primer lugar, los medios de producción «tierra y capital» son de propiedad privada. En este contexto el capital se refiere a los edificios, la maquinaria y otras herramientas utilizadas para producir bienes y servicios destinados al consumo. En segundo lugar, la actividad económica aparece organizada y coordinada por la interacción entre compradores y vendedores (o productores) que se produce en los mercados. En tercer lugar, tanto los propietarios de la tierra y el capital como los trabajadores, son libres y buscan maximizar su bienestar, por lo que intentan sacar el mayor partido posible de sus recursos y del trabajo que utilizan para producir; los consumidores pueden gastar cómo y cuando quieran sus ingresos para obtener la mayor satisfacción posible. Este principio, que se denomina soberanía del consumidor, refleja que, en un sistema capitalista, los productores se verán obligados, debido a la competencia, a utilizar sus recursos de forma que puedan satisfacer la demanda de los consumidores; el interés personal y la búsqueda de beneficios les lleva a seguir esta estrategia. En cuarto lugar, bajo el sistema capitalista el control del sector privado por parte del sector público debe ser mínimo; se considera que si existe competencia, la actividad económica se controlará a sí misma; la actividad del gobierno sólo es necesaria para gestionar la defensa nacional, hacer respetar la propiedad privada y garantizar el cumplimiento de los contratos. Esta visión decimonónica del papel del Estado en el sistema capitalista ha cambiado mucho durante el siglo XX.

El mercantilismo

Desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, cuando aparecieron los modernos Estados nacionales, el capitalismo no sólo tenía una faceta comercial, sino que también dio lugar a una nueva forma de comerciar, denominada mercantilismo. Esta línea de pensamiento económico, este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia.

El sistema mercantilista se basaba en la propiedad privada y en la utilización de los mercados como forma de organizar la actividad económica. A diferencia del capitalismo de Adam Smith, el objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo así la estructura del naciente Estado nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control de la producción, del comercio y del consumo.

La principal característica del mercantilismo era la preocupación por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reservas de oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Esto suponía favorecer una balanza comercial positiva o, lo que es lo mismo, que las exportaciones superaran en volumen y valor a las importaciones, ya que los pagos internacionales se realizaban con oro y plata. Los Estados mercantilistas intentaban mantener salarios bajos para desincentivar las importaciones, fomentar las exportaciones y aumentar la entrada de oro.

Más tarde, algunos teóricos de la economía como David Hume comprendieron que la riqueza de una nación no se asentaba en la cantidad de metales preciosos que tuviese almacenada, sino en su capacidad productiva. Se dieron cuenta que la entrada de oro y plata elevaría el nivel de actividad económica, lo que permitiría a los Estados aumentar su recaudación impositiva, pero también supondría un aumento del dinero en circulación, y por tanto mayor inflación, lo que reduciría su capacidad exportadora y haría más baratas las importaciones por lo que, al final del proceso, saldrían metales preciosos del país.

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