GEOPOLÍTICA E INTEGRACIÓN BOLIVIANA
INTRODUCCIÓN
Desde la década de los noventa el mundo ha experimentado un cambio en los acuerdos regionales, no sólo en número, sino también en contenido. Muchos de estos acuerdos estaban destinados únicamente a incrementar el comercio entre los firmantes, pero otros también a la creación de áreas y bloques de integración que tendrían grados mayores de compromiso que la neta liberalización preferencial del comercio.
“El crecimiento de los bloques comerciales regionales ha sido uno de los principales acontecimientos en las relaciones internacionales en los últimos años, resultando en que prácticamente todos los países son ahora miembros de al menos un bloque. Además del auge en el número de acuerdos, los últimos años han sido testigos de cambios también cualitativos en los acuerdos de integración regional”.
DEFINICIONES DE INTEGRACIÓN
Para poder estudiar los diferentes tipos de integración regional existente, es importante poder definir primero lo que se entiende por región. Las regiones son “construcciones humanas basadas en percepciones influenciadas por factores geográficos, históricos, económicos, políticos y culturales”.
¿Qué entendemos por integración? La integración es la acción y efecto de integrar o integrarse a algo, proviene del latín integration y constituye completar un todo con las partes que hacían falta ya sea objeto o persona. Es un fenómeno que sucede cuando un grupo de individuos unen a alguien que se encuentra por fuera sin importar sus características y diferencias. La integración viene siendo lo opuesto a la discriminación o ciertos actos en donde algunas personas sufren el desprecio y aislamiento social. Es importante tener en cuenta que para que exista una integración verdadera los individuos deben dejar a un lado todos los prejuicios, miedos, temores o dudas sobre la otra persona.
La integración social se puede deber de manera explícita en los distintos gobiernos que tienen planes sociales, ya que buscan que las personas que pertenecen a estratos sociales más bajos logren elevar su nivel de vida. También existe una integración denominada racial y básicamente lo que busca es que exista una igualdad entre las personas de distinto color o raza, desarrollando la tolerancia para que todas las culturas tengan cabida.
Este término entre los países del mundo es muy común ya que buscan la integración de las naciones para el desarrollo en conjunto y así mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Ejemplos de integración política hay muchos, la Organización de Estados Americanos (OEA), Organización de Naciones Unidas (ONU), Mercado Común del Sur (Mercosur) siendo este último formado por Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Bolivia, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú.
De igual forma existe lo que se conoce como integración latinoamericana. Un término con el que se viene a definir y englobar a todo el conjunto de acciones, de diversa tipología, con el que lo que se persigue es aunar a los países de América Latina siempre respetando la esencia y las señas de identidad de cada uno de ellos.
Los procesos de integración se dan en tres grandes ámbitos diferentes pero complementarios, como son: económico, político y social. En primer lugar, la integración desde el punto de vista económico es definida como el proceso por el cual se busca la eliminación gradual de las medidas discriminatorias entre unidades económicas y la conformación de un mercado común entre diferentes estados. Adicionalmente podemos definir la integración netamente desde un punto de vista comercial como “la situación en que dos o más países se reúnen para discutir disposiciones comunes para crear un Acuerdo Regional de Comercio en el sentido de la OMC, con el objetivo de regular o fomentar el comercio transfronterizo, la inversión y la migración”. La diferencia entre ambos es que la integración económica va más allá de provisiones netamente comerciales, teniendo por objeto la armonización de políticas económicas que son complementarias a las comerciales, como por ejemplo temas aduaneros o barreras no arancelarias.
En segundo lugar, la integración política “se asocia a la toma de decisiones y búsqueda de cohesión, su agenda de investigación destaca los efectos de la globalización en el Estado, la vigencia de éste y su capacidad para responder adecuadamente a los desafíos actuales”.
En tercer lugar encontramos a la integración social que se refiere específicamente a la formación de sentimientos de pertenencia y a sentimientos de identidad con el proceso; lo que repercutirá directamente sobre la transferencia de lealtad al proceso mismo.
PROCESOS DE INTEGRACIÓN REGIONAL
El regionalismo económico en América Latina comenzó siguiendo la tendencia mundial de la etapa de la postguerra.
Los procesos de integración regional que se dieron en los años siguientes tuvieron como sustento teórico el modelo de sustitución de importaciones de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), que establecía que en la medida en que el ingreso crecía, la proporción de la demanda de bienes primarios tendía a declinar y que la mejor solución para América Latina era la industrialización, porque con el tiempo se observaba un deterioro de los términos de intercambio. Para tal efecto, se requería de cierto proteccionismo que pueda lograr una sustitución efectiva de las importaciones, pero no separadamente, sino actuando integradamente como región.
El objetivo final era que los países Latinoamericanos dejaran de ser exportadores de materias primas e importadores de productos industriales. Entonces, se requería no solo de políticas de promoción industrial, sino de un mercado más amplio que permita beneficiarse de mayores economías de escala. Es así que nace en 1960 la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALAC) con el objetivo final de alcanzar la conformación de una zona de libre comercio en 10 años. Sin embargo, luego del incumplimiento de plazos y compromisos, el fracaso del proceso se hizo evidente. Causas endógenas y exógenas atentaron contra su éxito y la ALALC fracasó notablemente en la consecución de sus propósitos.
Bajo este contexto y con miras a renovar la integración en la región, los distintos países acuerdan crear un nuevo bloque de integración llamado Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en 1980. En este nuevo intento, ya no se cometieron los mismos errores y la unión entre países tuvo objetivos más ambiciosos que la sola liberalización comercial.
Este nuevo acuerdo se logra en un contexto de recesión económica, no sólo en los países latinoamericanos, sino a nivel mundial. Como era de esperar, nuevamente los objetivos de este nuevo acuerdo nunca fueron alcanzados, postergando en varias ocasiones los plazos establecidos para lograr una liberalización efectiva del comercio intrabloque. El motivo principal de este fracaso es atribuido a que frente a la crisis económica, cada país implementó políticas individuales incluyendo las comerciales destruyendo en muchos casos lo poco que se había logrado alcanzar.
Posteriormente a la “década perdida” el regionalismo en América Latina experimenta un nuevo impulso, caracterizado por un contexto mundial distinto, “desde la caída del Muro de Berlín, el colapso del mundo bipolar significó para América Latina el inicio de una etapa favorable para el desarrollo del regionalismo, entendido como una estrategia para lograr una inserción más adecuada en la globalización…”. Esta nueva etapa, conocida a nivel mundial como “nuevo regionalismo”, se caracteriza por estar basada en la visión neoliberal del Consenso de Washington, aplicada en la región como un regionalismo abierto. En otras palabras, este nuevo regionalismo se inserta en un marco de políticas que fomentaban la economía de mercado.
BOLIVIA EN LA INTEGRACIÓN REGIONAL
La participación de Bolivia en procesos de integración tiene estrecha relación con las características que fue adquiriendo el regionalismo en América Latina en los últimos años, que hicieron que se diferencie de la forma de asociación en otras partes del mundo. Al respecto, se evidencia que en América Latina coexisten varios procesos de integración, en cuanto a su estructura jurídica, sus fines y sus actores. Así, el nuevo regionalismo latinoamericano se consolidó como un fenómeno multidimensional y por lo tanto pragmático y flexible, haciendo posible que un mismo país participe en varios procesos dentro de la región e incluso con otros con países y grupos.
En este sentido, no es raro que Bolivia tenga acuerdos bilaterales económicos con 3 países latinoamericanos, una unión aduanera imperfecta con otros 3 países excluyendo a Venezuela luego de su auto marginación en 2006 y un acuerdo económico con el otro bloque regional como es el MERCOSUR. Al mismo tiempo, encontramos que en la actualidad cuatro de los socios preferenciales que tiene el país tienen un tratado de libre comercio con EEUU (Chile, Colombia, México y Perú), mientras que dos países son ya socios de la Unión Europea (México y Chile ) y tres están por serlo (Colombia, Ecuador y Perú).
Es necesario recordar que a partir de 1986 el objetivo final de la política comercial boliviana fue el liberalismo. No sólo dentro del Grupo Andino se decidió revitalizar las reformas hasta alcanzar una zona de libre comercio en 1993, sino que también se registraron varios avances en la liberalización bilateral y unilateral. Así, para principios del nuevo siglo el objetivo de la integración para el país fue el de “cumplir un rol articulador en la integración regional, promover el regionalismo abierto y coadyuvar al incremento y diversificación del intercambio comercial, la captación de inversiones y la cooperación para el desarrollo”, la política de integración estaba basada en tres pilares fundamentales: 1) Integración energética del cono sur, con los gasoductos con Argentina, Brasil y otros posibles socios, 2) Integración física, con la construcción de corredores interoceánicos a través de territorio boliviano, y 3) Consolidación de una zona de libre comercio sudamericana, que depende de la convergencia CAN – MERCOSUR.
En los hechos, esta política se vio reflejada por las siguientes acciones en cada uno de los pilares: 1) Atracción de inversión extranjera en el sector hidrocarburífero para el aumento de la producción y tendido de gasoductos, 2) Participación activa de Bolivia en la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, que permita canalizar los fondos necesarios, y 3) Participación en las rondas de negociaciones con miras a establecer el Área de Libre Comercio Sudamericana (ALCSA).