A dichas elecciones se presentaron las siguientes candidaturas:

Frente Popular, pacto entre la izquierda republicana, Partido Socialista, Partido Comunista de España, el Partido Obrero de Unificación marxista y Esquerra Republicana de Catalunya.

La coalición de los grupos de derecha formada por Confederación Española de Derechas Autónomas y Renovación Española.

La Falange y el Partido Nacionalista Vasco se presentaron cada uno por su cuenta.

La victoria en dichas elecciones fue para el Frente Popular que triunfo en las ciudades y las provincias del sur y la periferia con un 47% de los votos. Mientras, la derecha triunfó en el norte y el interior del país con un 45%, de esta manera España queda dividida en dos bandos.

Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la Segunda República, el objetivo era que Indalecio Prieto, hombre fuerte del ala más moderada del Partido Socialista, ocupara la jefatura del gobierno. Sin embargo, la negativa del Partido Socialista, dividido en diversas tendencias, llevó a que se formara un gobierno presidido por Santiago Casares Quiroga y formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del Partido Socialista. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado. Debido a los rumores de levantamientos Manuel Azaña decide, para descabezar el movimiento destinar a los sospechosos a plazas aisladas fuera de la península, Franco a Canarias, Mola a Pamplona, y Goded a las Baleares.

Entre los problemas que tuvo que hacer frente el nuevo gobierno fue la cuestión agraria, a causa de las intensas movilizaciones que había, la medida que tuvo que llevar adelante fue derogar la Ley de Reforma a la Reforma Agraria por lo que la ley proclamada el 1932 quedaba otra vez en plena vigencia; otro problema que tuvo que enfrentar fue la oleada de huelgas que se producían que en algunos casos se hablaba de revolución; así mismo se tuvo que hacer frente a la violencia provocada por el partido fascista Falange Española, que resultó en la prohibición del partido. Así mismo estaba la división interna del Frente Popular.

El aumento de la violencia política y el crecimiento de las organizaciones juveniles paramilitares tanto entre la derecha (milicias falangistas, requetés carlistas[1])[2] como entre la izquierda (milicias de las juventudes socialistas, comunistas y anarquistas), y entre los nacionalistas vascos y catalanes (milicias de Esquerra Republicana de Cataluña y milicias del PNV), aunque no estaban armadas y su mayor actividad principal era desfilar, esto provocó la percepción entre parte de la opinión pública, especialmente la conservadora, de que el gobierno del Frente Popular presidido por Santiago Casares Quiroga no era capaz de mantener el orden público, lo que servía de justificación para el "golpe de fuerza" militar que se estaba preparando.

El asesinato de José Calvo Sotelo en la madrugada del 13 de julio aceleró el compromiso con la sublevación de los carlistas y también de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), y acabó de convencer a los militares que tenían dudas, entre ellos, el general Franco. Además, Emilio Mola decidió aprovechar la conmoción que había causado en el país el doble crimen, y el día 14 adelantó la fecha de la sublevación que quedó fijada para los días 18 y 19 de julio de 1936.

El 17 de julio de 1936 se produjo el alzamiento militar, los incidentes comenzaron en el cuartel de Melilla y se expandieron a diversas guarniciones peninsulares. Al otro día, la rebeldía del Ejército se extendió por todo el país. Pero en la mayoría de las ciudades, capitales de provincia y en las regiones industriales, el golpe fracasó, y lo que pretendía ser un golpe de Estado se convirtió en una guerra civil. España quedó, rápidamente, dividida en dos bandos, el leal a la república y el sublevado, el bando leal recibía la ayuda de la ex Unión soviética y de las brigadas internacionales (formada por miles de voluntarios de Europa y Estados Unidos) este partido leal estaba liderado por PCE (Partido Comunista de España) y el PSOE (Partido Socialista Español); el bando sublevado estaba dominado por CNT (Confederación Nacional del Trabajo)  y el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), estos sublevados recibían la ayuda de la Italia Fascista y de la Alemania Nazi, la principal razón de la ayuda de Hitler a Francisco Franco era porque Alemania consideraba una inevitable guerra europea y que sería mejor contar con la ayuda de España con un gobierno anticomunista que por uno republicano que reforzaría sus vínculos con Francia e Inglaterra, además que había la razón de la ideología que según la propaganda Nazi la guerra Civil española era una confrontación entre fascistas y marxistas, otra de las razones fue la militar donde se experimentaría nuevas armas y nuevas tácticas militares.

En agosto de 1936, el ejército de Francisco Franco, procedente de Marruecos, conquistó las tierras de Mérida y Badajoz. A continuación, dirigió sus esfuerzos hacia el norte, donde los aviones alemanes bombardearon la ciudad vasca de Guernica en abril de 1937.

La campaña nacionalista en Cataluña fue relativamente fácil, en enero de 1939, el ejército de Franco entró a Barcelona, lo que provocó una huida masiva de republicanos hacia la frontera francesa. Tras la pérdida de Cataluña, la obstinación en continuar la resistencia por parte de los comunistas y del Presidente de aquel entonces, Juan Negrín, causó profundos desacuerdos políticos en el bando republicano. El 4 de marzo, el coronel Segismundo Casado dio un golpe de estado contra Negrín e inició los trámites para la rendición. El día 28 de ese mismo mes, las tropas nacionalistas hicieron su entrada en Madrid, encontrándose con una ciudad exhausta y duramente castigada por el hambre. Tres días después se declaró concluida la guerra civil.

El 1 de abril de 1939 se firmó el último parte de guerra, que contenía la proclamación de la victoria de las tropas nacionalistas. Este fue el comienzo de casi 40 años de gobierno franquista. Muchos republicanos se fueron a países extranjeros. Otros se quedaron en España, pero tuvieron que sufrir las represalias de los vencedores.

El "caudillo" tenía en su poder las riendas del ejército, del partido (la Falange) y del gobierno; pero tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, su régimen vivió un largo período de aislamiento, del que sólo saldría gracias al inicio de la Guerra Fría.

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