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SEGURIDAD NACIONAL

La doctrina de Seguridad Nacional, es un concepto utilizado para definir ciertas acciones de política exterior de Estados Unidos tendientes a que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos modificaran su misión para dedicarse con exclusividad a garantizar el orden interno, con el fin de combatir aquellas ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la guerra fría, legitimando la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación sistemáticas de los derechos humanos.

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CARACTERÍSTICAS

Si bien nunca recibió oficialmente el nombre de Doctrina, esta denominación es ampliamente reconocida en muchos ámbitos académicos y gubernamentales, y su existencia es demostrable según la interpretación de los informes desclasificados por el gobierno de EEUU, la CIA y los memorandos del Consejo de Seguridad Nacional.

La llamada doctrina fue un producto del pensamiento de la Guerra Fría, que mantuvo al mundo dividido en dos campos antagónicos. Fue ideada por los sucesivos gobiernos de los EE. UU, y puesta en práctica mediante el entrenamiento de los distintos ejércitos latinoamericanos en las Escuela de las Américas en Panamá. Allí durante casi cuarenta años, eran enviados militares procedentes de distintos países latinoamericanos, para instruirse en técnicas de contrainsurgencia: interrogatorios mediante torturas, infiltración, inteligencia, secuestros y desapariciones de opositores políticos, combate militar, guerra psicológica, contando incluso con manuales de tortura de la CIA. A partir del fin de la guerra del Vietnam, EE.UU. replanteó su estrategia con el objetivo de involucrar más directamente a los ejércitos de las propias naciones latinoamericanas en la defensa de la región, comprometiendo en menor medida a las Fuerzas Armadas de los EE.UU. en lo que se conoció como doctrina Nixon. Los Estados Unidos intentaron proteger sus intereses en Latinoamérica mediante la instalación de gobiernos dictatoriales.

Empleando la doctrina de Seguridad Nacional, los Estados Unidos consigue unificar el accionar de las distintas dictaduras latinoamericanas: como la de Augusto Pinochet en Chile (1973 – 1990), Alfredo Stroessner en Paraguay (1954 – 1989), Hugo Banzer Suarez en Bolivia (1971 – 1978), la dinastía de los Somoza en Nicaragua. Se unificó la acción represiva de todos estos gobiernos mediante los denominados “Plan Cóndor” en Sudamérica, y Operación Charlie en Centroamérica.

La doctrina llega a formar parte importante de la ideología de las Fuerzas Armadas en América Latina, quienes por primera vez extienden su papel de defensores de las fronteras nacionales con la defensa contra el propio pueblo, constituyéndose en artífices del Terrorismo de Estado. Además la doctrina propaga un visión amplia del enemigo: no solo se consideran terroristas insurgentes a las personas armadas contra un gobierno, sino también a las personas que  propagan ideas en contra del concepto de la sociedad nacional que tiene el gobierno de EE. UU. De todo lo expuesto anteriormente se puede resumir:

  1. Las Fuerzas Armadas (FA) fueron apartadas de su misión específica de ser el elemento de disuasión contra el enemigo exterior.

  2. En lugar de buscar el enemigo en el exterior del país, lo hicieron en el interior, los propios compatriotas eran el enemigo por derrotar. Las Fuerzas Armadas se convirtieron así en tropas de ocupación de su propia nación, instalando un estado terrorista para aniquilar al enemigo con el que convivía.

  3. A ese enemigo se le asignó una característica ideológica, es decir, el tener una ideología diferente al de las Fuerzas Armadas.

  4. Quien fuese acusado de comunista, perdía automáticamente todos sus derechos civiles.

  5. Las Fuerzas Armadas organizaron un sistema de espionaje que llegaba hasta el control ideológico del más humilde de los habitantes.

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Las políticas económicas

Con el fin de lograr la transformación económica, en los distintos países se aplicaron un conjunto de medidas ligadas al liberalismo, entre las cuales la más importante fue la “apertura de la economía’ para la libre importación y exportación de mercancías, es decir, la eliminación de los aranceles que gravaban la importación de productos extranjeros.

Las dictaduras militares y sus políticas económicas se propusieron y consiguieron la consolidación y expansión de un número reducido de empresas nacionales y/o multinacionales, en muchos casos pertenecientes a un mismo grupo, que se hicieron cargo de la producción y se apoderaron de la porción mayoritaria del mercado.

Todas estas medidas económicas fueron posibles mediante el ejercicio de la violencia, la represión de las organizaciones sociales y sindicales la mayoría de las cuales fueron intervenidas por los militares o directamente clausuradas, y la violación de todos los derechos humanos.

Desaparición de personas

Los desaparecidos constituyen una de las más pesadas herencias dejadas por la dictadura militar, en todos los países de América Latina. A diferencia de lo ocurrido con los detenidos y encarcelados, la mayoría de los secuestrados eran encerrados en centros clandestinos de detención, de los cuales se los trasladaba para ser asesinados. A partir de su secuestro, los familiares que comenzaban a solicitar informes a las autoridades, creyéndolos prisioneros en alguna cárcel del país, encontraban que los miembros de las Fuerzas Armadas siempre negaban tener conocimiento de estas personas y de lo que les había ocurrido.

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DOCTRINA DE LA SEGURIDAD NACIONAL EN BOLIVIA

El general René Barrientos es quien inaugura el periodo de “gobiernos militares” en Bolivia, quien actúa bajo el padrinazgo de los Estados Unidos, que condicionó su apoyo con la aplicación de la doctrina de “Seguridad Nacional” (DSN) garantizando préstamos económicos solicitados por el país. A la muerte de Barrientos en 1969 y frente a una inestabilidad política, el general Juan José Torres en 1970 encabeza un gobierno nacionalista popular que se extiende hasta 1971.

En consecuencia, el gobierno de los Estados Unidos rechaza esta situación e inmediatamente promueve y financia un golpe militar, en colaboración de la derecha encabezada por el Gral. Hugo Banzer Suarez, quien ilegaliza los partidos políticos, suprime el movimiento obrero, suspende los derechos civiles, además de torturar, desaparecer y asesinar a miles de disidentes políticos mediante el “Plan Cóndor”.

En 1978 el General de aviación Juan Pereda Asbún asume la presidencia e inicia sus labores derogando la ley de “Seguridad Nacional” y otra relativa al Servicio Civil Obligatorio. Posteriormente, ocho presidentes militares gobiernan Bolivia en el periodo de 1978 – 1982, donde se restaura la doctrina de “Seguridad Nacional”, expresado en la represión, la corrupción y la producción de cocaína como base de la economía del Estado boliviano.

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