GUERRA DEL ACRE
FIEBRE DEL CAUCHO
La fiebre del caucho constituyó un aparte importante en la historia económica y social de los países con territorios amazónicos (Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia), esta fiebre tuvo su auge entre los años 1879 al 1912, El descubrimiento de la vulcanización y de la cámara neumática en la década de los años 1850 dio lugar a una "fiebre extractiva del caucho”.
Se denomina caucho al jugo o látex de una variedad de plantas o árboles de gran tamaño. Hay diversas variedades de gomas, entre ellas jebe, balata y gutapercha. Los árboles que proveen esta sustancia son las heveas, el guayule, el ficus elástico, y la castilloa ulei, entre otras.
DATOS
INICIO

3 de mayo 1899
FIN

21 de marzo de 1903
RESULTADO

Victoria brasilera
Los indígenas centroamericanos fueron los primeros en aprovechar las particulares propiedades del caucho natural. La primera fábrica de productos de caucho (bandas elásticas y suspensorios) surgió en la capital francesa, París, en el año de 1803.
Tras el descubrimiento de América, la Amazonia brasilera se mantuvo en estado de aislamiento durante los primeros cuatro siglos y medio, pues no poseía importantes vetas de oro u otro mineral que se revalorizó en el mercado mundial, generando ganancias y dividendos a cualquiera que se aventurase en este negocio.
Desde inicios de la segunda mitad del siglo XIX, el caucho comenzó a ejercer una fuerte atracción sobre emprendedores visionarios. La actividad extractora del látex en la Amazonia se tornó de inmediato en una actividad muy lucrativa. El caucho natural conquistó un lugar destacado en las industrias de Europa y Norteamérica, alcanzando un elevado precio.
ANTECEDENTES
Desde la época de la colonia el territorio de la amazonia fue un territorio de conflictos limítrofes, los límites marcados por el tratado de Tordesillas (1494) firmando entre Portugal y España que fue corregido con el tratado de San Ildefonso (1777), este tratado fija los límites que después la nueva República heredaría. El territorio denominado Mojos comprendía desde el paralelo 12 y se extiende hasta la línea citada del tratado de San Ildefonso en el paralelo 7, por el este son los ríos Mamoré y Madera y por el oeste de manera vaga el Perú.
Por mucho tiempo a este territorio se le dio poca importancia debido a su clima, en general constituyó un espacio vacío, remoto y marginal en la órbita de los estados español y portugueses primero y posteriormente boliviano, brasilero y peruano hasta la mitad del siglo XIX.
En 1867 Melgarejo firmó un tratado con el que se establecía los siguientes límites: la frontera nacía en la confluencia de los ríos Beni y Mamoré, se extendía por línea oblicua hacia las nacientes del río Yaraví, que desde el periodo colonial fue el límite entre el Virreinato del Perú y el Reino de Brasil; este fue un primer intento de definir la frontera al norte, aunque con esta delimitación Bolivia perdía una gran cantidad de territorio con respecto al territorio original.
Hacía fines del XIX, la demanda de neumáticos está en plena extensión este inmenso espacio fue progresivamente ocupado por empresas bolivianas y brasileñas dedicadas a la explotación de caucho o goma elástica destinada a la exportación.
PRIMERA GUERRA DEL ACRE
La presencia boliviana en la región del Acre era escasa. El ingreso cada vez mayor de los brasileños produjo grandes tensiones entre los pobladores: con el fin de remediar esta situación, en enero de 1899, el Estado boliviano instaló una aduana en Puerto Alonso para recaudar los impuestos a la producción de goma, era un acto legítimo de soberanía, con propósitos eminentemente administrativos. Se trataba de recaudar los derechos de aduanas que al país le correspondía por la explotación de goma que explotaban bolivianos y extranjeros dentro de su territorio. El poco tiempo que pudo funcionar como tal, produjo ingresos interesantes para el fisco. Pero luego Puerto Alonso se convirtió en el centro político y militar de los conflictos. Los gomeros y barraqueros brasileños, alentados desde Manaos donde se ejercía control del flujo comercial de la goma en el Amazonas, sintiéndose afectados en su interés resistieron el impuesto para posteriormente declarar el “Estado Independiente del Acre, Purús y Yacú” mediante un movimiento autonomista liderado por el colonizador español Luis Gálvez. Se inició de esa manera la llamada primera “revolución del Acre”. Los acreanos brasileños se organizaron política y militarmente, ocuparon Puerto Alonso destituyendo violentamente a las autoridades bolivianas. Para sofocar aquella revuelta, se nombró delegado nacional en el Acre y el Alto Perú a Andrés S. Muñoz, y junto al él fueron Lucio Pérez Velasco, el ministro de Defensa Ismael Montes, estos eran rivales políticos pero que llegado el momento aunaron los esfuerzos y restablecieron momentáneamente el orden.
Luego de esta rebelión Brasil declaró esta zona como territorio en litigio en base a nuevas interpretaciones del tratado de 1867.
SEGUNDA GUERRA DEL ACRE
Mientras en el Acre las tropas bolivianas intentaban recuperar el orden, el Gobierno boliviano iniciaba urgentes gestiones diplomáticas ante el Brasil. El embajador boliviano en Río de Janeiro solicitó en principio ayuda del gobierno brasileño para sofocar la revolución acreana. Pero la República Federativa había heredado los impulsos expansioncitas del imperio. Y esta revuelta alentaba ya al Brasil a incorporar el Acre a su territorio.
En 1902, el gobierno boliviano consciente de la imposibilidad de sentar efectiva soberanía sobre el territorio del Acre, lo arrendó al consorcio norteamericano The Bolivian Sidicate para administrar y recaudar las rentas públicas por un periodo de 30 años. Brasil protestó por la presencia de intereses extranjeros en la zona, exigiendo la anulación del contrato, al tiempo que los colonos brasileños nuevamente se rebelaban.
La posición del gobierno liberal se debilitaba rápidamente con lo que propuso sin éxito un arbitraje internacional sobre las posesiones del Acre, al tiempo que intentaba explicar los alcances del acuerdo con el sindicato dudando ya de la pertinencia del mismo.
En el marco de esta delicada situación, las autoridades bolivianas de Puerto Acre en el antiguo Puerto Alonso incrementaron los impuestos de aduana. Esta circunstancia determinó un nuevo alzamiento de los colonizadores brasileños: fue el comienzo de la llamada segunda revolución del Acre. Plácido de Castro lideró este nuevo y contundente movimiento, atacando esta vez la posible presencia del consorcio extranjero en la región. Brasil tomó nuevamente Puerto Acre ocupando también otras posiciones bolivianas. La barraca Bahía del empresario boliviano Nicolás Suárez fue también ocupada; y Suárez resolvió asumir la defensa de sus propiedades organizando la famosa “Columna Porvenir” en la que tuvieron destacada actuación el después coronel y general del ejército Federico Román y el indígena tacana Bruno Racua.
La desventajosa situación militar de Bolivia frente a Brasil movió al gobierno a evitar la guerra y firmar un nuevo acuerdo limítrofe. En 1903 fue suscrito el Tratado de Petrópolis, por el cual Bolivia cedió al Brasil gran parte del territorio del Acre a cambio de compensaciones económicas y libre navegación por el río amazonas y sus afluentes.
TRATADO DE PETRÓPOLIS
Tratado de paz firmado entre Bolivia y Brasil en 17 de noviembre de 1903 en la ciudad brasileña de Petrópolis, por el cual Bolivia cedió una superficie aproximada de 191.000 km², que corresponden en su mayor parte con el actual estado del Acre, al Brasil, ya en 1867 por el "Tratado de Paz y Amistad" Bolivia había cedido otros 251.000 km² de la región del Acre que fueron anexados por Brasil a la entonces provincia y actual estado de Amazonas.
En dicho tratado se suscriben los siguientes términos:
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Conceder pequeños territorios próximos al Acre y a la cuenca del río Paraguay, que suman 3000 Km² (en realidad estos territorios eran bolivianos que Brasil los pretendía).
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Construir un ferrocarril entre las ciudades de Riberalta y Porto Velho, para la exportación del caucho de aquella época (Ferrocarril Madeira-Mamoré).
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Permitir a Bolivia utilizar los ríos brasileños para el transporte de mercaderías hasta el Atlántico.
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Permitir a Bolivia construir aduanas en las ciudades brasileñas de Corumbá, Belém y Manaus, así como en otras ciudades brasileñas fronterizas.
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Pagar al gobierno peruano la cifra de 2.000.000,00 libras esterlinas, lo que equivaldría hoy día a US$ 293.774.770,80.
El tratado de San Ildefonso de 1777 fue un acuerdo firmado entre España y Portugal el 1 de octubre de 1777, por el que se fijaban las fronteras entre ambos países en Sudamérica. Los portugueses cedían la Colonia del Sacramento y la Isla San Gabriel (sur del actual Uruguay), a España, más las islas de Annobón y Fernando Poo en aguas de la Guinea, a cambio de la retirada española de la isla de Santa Catalina, en la costa sur de Brasil.
El año 1900, presenta un cambio político trascendente en Bolivia, con los liberales en el gobierno, se inicia una nueva visión de progreso del país. Reflejado en una transformación económica que impulsa a la industria del estaño y de la goma, el gobierno de José Manuel Pando, entre sus principales aportes promovió una modernización de centros urbanos, la subvención del tendido de ferrocarriles, la construcción de caminos, la extensión de la red telegráfica y el apoyo al desarrollo de la industria minera. Focalizado en una visión minera y gomera, desde el gobierno liberal de Pando, el Estado boliviano quiso dar un giro de estabilidad al país. Entre 1899-1920, por ejemplo, no hubo ningún intento de golpe de Estado. Por otra parte, hubo una modernización, paralela a las exportaciones de la goma y el estaño. La primera fue en el Oriente, en Santa Cruz y Beni, pero duró hasta la pérdida del Acre. La segunda, en el Occidente (Oruro y La Paz) condicionó 70 años de economía minera boliviana. En 1899 la guerra civil permitió a los liberales no sólo acceder al poder sino también entrar en la discusión de la agenda pendiente de Bolivia y sobre todo, hacer girar el eje del poder político desde Sucre a La Paz.