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GUERRA DEL CHACO

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CONTEXTO HISTÓRICO GEOGRÁFICO

El Gran Chaco es la región geográfica que se ubica en el centro de América del Sur, que se extiende por los territorios actuales de Argentina, Bolivia y Paraguay, Esta región está dividida de norte a sur en:

  1. Chaco Boreal: que se extiende desde los llanos de Chiquitos hasta el río Pilcomayo y Bermejo.

  2. Chaco Central: Se extiende entre los ríos Pilcomayo y Bermejo.

  3. Chaco Austral: zona que se ubica al sur del río Bermejo.

La región del Gran Chaco puede definirse también como una llanura boscosa y de parque que se extiende desde latitudes tropicales (18°S) hasta ambientes subtropicales (31°S). La eco región incluye una multiplicidad de climas y relieves que dan origen a un excepcional entrelazamiento de paisajes: desde esteros y bañados, pastizales y sabanas secas e inundables hasta salitrales, serranías, ríos de llanura y de montaña, y una gran extensión y variedad de bosques nativos.

El Gran Chaco constituye un área aluvional localizada al este de la cordillera de los Andes que tiene su origen en la deposición de sedimentos, en su zona central principalmente de los ríos Bermejo y Pilcomayo. El Bermejo es el único río que logra llegar con sus aguas desde los Andes al río Paraguay, lo que lo convierte en un corredor ecológico natural entre los ecosistemas de Puna en la montaña, el piedemonte de la selva de Yungas y las zonas secas y húmedas de las planicies del Chaco.

A la llegada de los españoles la zona del Chaco estaba poblada de manera muy dispersa por la etnia de chiquitos, chanés, zamucos y ayoreos. La región fue explorada por Álvar Nuñez Cabeza de Vaca, en el siglo XVII una comitiva que parte desde Asunción Ñuflo de Chávez funda Santa Cruz de la Sierra, luego los jesuitas y franciscanos crearon gran cantidad de misiones.

Cuando Bolivia nació a la vida independiente en 1825 limitaba al sur con los países de Argentina, al sudoeste con Paraguay, los límites con el Paraguay estaban definidos por el río Paraguay y con la Argentina el río Bermejo, cuando Bolivia perdió el territorio del Chaco central con la Argentina el límite lo definía el río Pilcomayo.

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ANTECEDENTES

Situación de Bolivia

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La élite que en este tiempo tenía el poder, se esforzaba por hacer mejoras en la administración pública, así como el mejoramiento en la educación al estilo europeo, los gobiernos liberales (1899 – 1920) incrementaron el presupuesto destinado a la educación en forma significativa que hasta principios del siglo era de 400.000 a 4.000.000 al finalizar la década de los 20; el pensamiento que se esperaba era de hacer progresar a Bolivia; pero lejos de lograr sus objetivos, estos se vieron truncados por el descontento de ciertos intelectuales dando lugar a la aparición de movimientos sindicales de izquierda, los temas que se reclamaban eran: la servidumbre de los indígenas, el reconocimiento de los ayllus y los derechos de los trabajadores, a la par de estos movimientos, las mujeres se levantaron reclamando el reconocimiento de la mujer y de sus derechos. El descontento se hizo más patente debido a la crisis mundial del 29, el descenso del precio del Estaño dio un duro golpe a la economía boliviana que dependía de la exportación de ese mineral, entre 1927 y 1932 el preció cayó en un 60%, debido a esto se canceló el pago de la deuda externa, el caos fiscal, la reducción del presupuesto estatal, el desempleo y la miseria, ante esta situación la izquierda redobló sus esfuerzos para cambiar el sistema; de esta manera la élite tenía un gran conflicto a cambio de su ansiado progreso. De manera que la guerra del Chaco, es un intento desesperado de la clase dominante por dar salida a la situación que se había vuelto insostenible, en medio de esta caótica situación la clase dominante creyó ver en la guerra la oportunidad de seguir existiendo, en un principio las excusas para la guerra rindieron sus frutos tal como se lo esperaba, ya que se logró canalizar la voluntad popular, todos parecían dejar de lado sus diferencias en pos de la unidad patriótica.

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Situación del Paraguay

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Antes de la guerra del Chaco, Paraguay había soportado la cruenta "guerra de la triple alianza" realizada en 1864 hasta 1870, Paraguay tuvo que enfrentar a la coalición conformada por Brasil, Uruguay y Argentina. Antes de dicha guerra Paraguay, no tenía analfabetos, todos tenían tierras para trabajar, no había latifundios, el país contaba con industrias íntegramente nacionales, ningún extranjero podía hacer uso de los recursos del país, el país que no tenía costas sobre el mar fue el primero en ensamblar sus propias barcazas, construir el primer ferrocarril de Sudamérica, contar con toda una línea de telégrafos, ser proveedor de acero, tenía la primera fundición de hierro.

Al terminar la guerra de la Triple Alianza, Paraguay perdió gran parte de su territorio, y su gobierno terminó siendo un títere de Brasil además de la deplorable condición económica que tenía.

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CAUSAS

Los límites geográficos con el Paraguay no se habían definido de forma definitiva en ninguno de los tratados de fines del siglo anterior, Bolivia no cuestionaba los derechos que tenía del Chaco sino hasta pasada la guerra del Pacífico, es cuando se realizan algunos tratados para delimitar los límites con el Paraguay, la región despoblada comprendía al norte el río Parapetí, al este el río Paraguay, al oeste el Pilcomayo. Pero esta región quedaba en litigio.

Por otro lado, la cruenta guerra del pacífico que le había cercenado el litoral dejándolo sin una salida al mar, hace que se vuelque la mirada hacía el río Paraguay como una posible comunicación con el océano Atlántico, es de esta manera que en 1906 se comenzó a construir fortines en el Chaco.

A mediados del siglo XIX Paraguay había empezado a ocupar estos territorios pertenecientes a los departamentos de Chuquisaca y Tarija, territorio conocido como el Chaco Boreal, Paraguay había realizó concesiones a empresas argentinas, estableció colonias de menonitas y creando fortines.

La construcción de fuertes por parte de Bolivia, hizo que Paraguay considerara esto como una intromisión en un territorio que él consideraba como suyo. Todo esto causó que a partir de 1928 se produjeran esporádicos enfrentamientos.

El gobierno de Daniel Salamanca, que se debatía en una fuerte crisis, quiso fortalecerse por medio de una campaña militar, esto como una manera de distraer la atención a los problemas que se estaba viviendo en el país.

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DESARROLLO

Primera fase

Comprendida entre junio y diciembre del 1932 en la cual ambos países se preparaban para el conflicto a gran escala, se registra la toma de los fortines paraguayos Toledo, Corrales y Boquerón (31 de julio) que al mando del Tte. Cnel. Manuel Marzana y 650 soldados bolivianos, que defendido por 11.500 soldados paraguayos finalmente cayo.

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Defensa de Boquerón

En Boquerón el ejército boliviano, escribió una de las páginas más brillantes de su historia dando muestra de un heroísmo admirable, el destacamento que tras la muerte de Aguirre estaba comandaba por Manuel Marzana quien tuvo a Boquerón bajo su control entre agosto y septiembre del 1932. El gobierno paraguayo decidió la retoma de los tres fortines como cuestión de honor nacional. La ofensiva paraguaya comenzó el 9 de septiembre. Bolivia planteó la defensa en el mismo tenor, no se debía ceder el fortín bajo ningún concepto. Ambos países pensaron que este episodio definiría el carácter de la guerra e influiría sobre la moral nacional. Los defensores bolivianos sumaban apenas 448 con 350 fusiles, 40 ametralladoras, 3 cañones y dos antiaéreos.

Estigarribia llegó a plantar alrededor de Boquerón una fuerza de entre 9.000 y 11.500 efectivos de acuerdo a fuentes paraguayas. El jefe paraguayo pensó que esa relación de más de 10 a 1 le permitiría un triunfo fácil y rápido. No fue así, Marzana y sus hombres resistieron por 20 días. En la primera jornada los paraguayos se acercaron hasta menos de 50 metros de las trincheras, pero fueron repelidos con fuego nutrido. Los batallones bolivianos que salieron a socorrer Boquerón no pudieron llegar a su objetivo, todas las vías estaban cortadas por el enemigo, pero los paraguayos retrocedieron desanimados ante la magnífica defensa, permitiendo el ingreso de un regimiento boliviano al mando de Tomás Manchego. Tres días tardó el ejército paraguayo en rodear completamente el fortín. Marzana había agotado las municiones de los cañones y pidió ahorrar balas y disparar sólo con blanco seguro. El capitán Víctor Ustarez rompió heroicamente el cerco y entró a Boquerón con 58 hombres, reforzando y subiendo la moral del contingente de defensores. Una nueva incursión de Ustarez fuera del fortín para conseguir más refuerzos le costó la vida al héroe.

Los ataques en oleadas sobre el fortín agotaron la defensa. Los víveres se terminaron, el único pozo de agua accesible era atacado por un nido de ametralladoras paraguayo, acercarse era muerte segura, un par de cadáveres de soldados bolivianos flotaba en el pozo. Los pertrechos que lanzaba la aviación boliviana caían casi siempre fuera de las trincheras, la aviación boliviana tuvo un destacado papel en toda la guerra. Fue siempre superior a la paraguaya, contaba con un equipo moderno de aviones Curtiss que dominaron el aire del Chico. Los soldados eran casi espectros, pero no se rendían. El alto mando pedía lo imposible, resistir quince días más hasta la llegada de refuerzos. No había fuerzas ni para enterrar a los compañeros caídos. El 19 no había balas sino para un combate de diez minutos.

Los soldados desesperados empezaron a beber sus propios orines. Marzana decidió pedir una tregua para una capitulación honrosa. Levantó bandera blanca, los paraguayos que estaban a escasos metros de las trincheras creyeron que era rendición y se abalanzaron y tomaron el fortín. En silencioso homenaje, el mando paraguayo vio salir a los héroes que quedaban vivos en harapos, casi sin poder caminar. Centenares de muertos y moribundos yacían allí. Estigarribia creyó siempre enfrentar a por lo menos 1.500 bolivianos; en el mejor momento no habían llegado a 700. Sobrevivieron menos de 450. El Presidente paraguayo dijo "los bolivianos pelearon con tal bravura y coraje... que merecen nuestro respeto". Marzana dijo al volver de tres años de prisión en Paraguay: "No hicimos más que cumplir con nuestro deber".

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La intervención de Hans Kundt

La retoma paraguaya de los fortines Corrales, Toledo y Boquerón abrió una contraofensiva que condujo a una retirada poco afortunada del ejército boliviano, que entre el 19 y 23 de octubre de 1932 fue derrotado en Arce y Alihuatá. El fortín Arce (uno de los más importantes del ejército boliviano) fue abandonado e incendiado y las tropas sólo pudieron reorganizarse en Kilómetro 7, bajo el mando de Bernardino Bilbao Rioja quien planteó exitosa defensa rompiendo las líneas de ataque paraguayas.

Arce y Alihuatá dejaron un sabor amargo en el pueblo que clamó por el cambio del alto mando y el retorno de Hans Kundt. La ciudadanía exigió que el general alemán se haga cargo del comando de las FF.AA. Daniel Salamanca, no muy convencido, no tuvo más remedio que llamarlo y además cederle todas las prerrogativas militares que había disputado con los jefes bolivianos. El 6 de diciembre de 1932 Kundt se hizo cargo del mando y se trasladó a Villamontes.

Segunda fase

De diciembre de 1932 a diciembre de 1933 en esta fase se lograron importantes éxitos. Oficialmente Paraguay le declara la guerra a Bolivia el 10 de mayo de 1933.

La filosofía de Kundt era muy sencilla había que tomar la iniciativa y atacar sin tregua. En el año de su mando Bolivia llegó al punto más al sur del Chaco en una ofensiva permanente. En pocos días recuperó los puestos perdidos de Platanillos y Loa. Entre enero y junio de 1933 atacó Toledo, retomó Alihuatá y campo Jordán (donde murió heroicamente Germán Jordán), retomó luego Arce y Gondra. Fue un avance arrollador que se detuvo dramática y definitivamente en Nanawa. En esas acciones de avance se destacó la valentía de Germán Busch y los oficiales Rodríguez, Reque Terán, Morales, De la Riva y Barrero.

Entre agosto y diciembre del 1933 Paraguay volvió a tomar Campo Grande, Alihuata y Campo Vía al mando del Gral. José Félix Estigarribia este fue el peor desastre que tuvo que soportar Bolivia la caída de dos divisiones con 7.500 soldados donde solo se salvó un destacamento de 3.000 hombres al mando del Gral. Enrique Peñaranda, debido a esto Salamanca destituyó a Hans Kundt.

Tercera fase

De diciembre de 1933 a enero de 1935, en este periodo Paraguay logró importantes victorias que hicieron retroceder al ejército boliviano hasta el río Parapetí, la única victoria boliviana es la de Cañada Strongest, en noviembre de 1934 mientras el presidente visitaba Villamontes fue obligado a renunciar de la presidencia, hecho que es conocido como el corralito de Villamontes, dejando en su lugar a su vicepresidente Luis Tejada Sorzano (1934 – 1936).

Cuarta fase

Entre noviembre de 1934 y enero de 1935 el avance paraguayo fue frenético, al punto que el 14 de enero Estigarribia tomó una banda del río Parapetí, logrando el sueño imposible de tocar el punto más al norte de la aspiración paraguaya sobre el territorio chaqueño. El combate había llegado de manera insospechada a los contrafuertes de la cordillera de los Andes, donde la ventaja geográfica y el conocimiento del medio fue un factor para destacar la capacidad combativa del soldado boliviano.

Igual que Bolivia al comenzar la guerra, los paraguayos estaban demasiado lejos de sus centros de abastecimiento y tenían serios problemas.

El Estado Mayor de la República Argentina que, periódicamente hacía estudios sobre la situación bélica en el Chaco para hacer llegar sus conclusiones y recomendaciones al comando paraguayo, a fines de 1934 aconsejó que otra vez se buscase la conquista de Villamontes, porque solamente la caída de este centro neurálgico de la actividad bélica boliviana podía determinar la conclusión de la guerra a favor del Paraguay. Estigarribia que compartía la idea de Argentina y tentado por la proximidad de los campos petroleros bolivianos, decidió tomar Villamontes.

El presidente Tejada Sorzano, como una de las primeras medidas de su gobierno, hizo un llamamiento general a las armas a todos los bolivianos que tenían de 19 a 50 años. Gracias a ello, el Ejército Boliviano llegó a contar con 45.000 combatientes, distribuidos en 35 regimientos. El ejército paraguayo tenía 30.000 a esta altura de la guerra.

Para Bolivia la defensa de Villamontes fue realmente de vida o muerte, no sólo por defender su riqueza petrolífera amenazada, sino por el riesgo potencial que se cernía sobre dos centros urbanos importantes, Tarija y Santa Cruz. El Cnel. Bernardino Bilbao Rioja fue encargado de organizar la defensa. Bolivia levantó prácticamente un nuevo ejército casi 30.000 hombres defendieron la plaza con artillería pesada y pertrechos bélicos nuevos. Se construyeron trincheras por kilómetros y se organizó una notable red de comunicaciones internas. Bilbao era un militar de primer nivel y lo demostró en su celo organizativo. Paraguay puso 15.000 hombres al frente.

El ataque a Villamontes comenzó el 16 de febrero de 1935. Era un intento suicida, la superioridad numérica boliviana, más aún en posición defensiva era abrumadora. Fue una semana infernal, a pesar de haber logrado abrir dos o tres brechas, los paraguayos caían por cientos en sus ataques de oleadas sucesivas, barridos por la artillería y las ametralladoras bolivianas. El 23 de febrero, después de haber dejado miles de hombres muertos en el campo, Estigarribia se dio cuenta de que la ofensiva había fracasado y que había sido derrotado en Villamontes. Bolivia realizó entonces operaciones tímidas de contraofensiva, mientras el agotado ejército paraguayo emprendía una retirada que implicó la cesión del Parapetí. En mayo de 1935, los paraguayos se habían replegado hacia el sur casi 150 kilómetros, de esta manera la defensa de Villamontes había salvado el petróleo boliviano.

A raíz de la victoria en Villamontes, cundió un gran temor en el gobierno y comando paraguayos. Su ejército estaba en el último extremo de sus energías. Lejos de sus centros de aprovisionamiento, sufriendo toda clase de privaciones, sobretodo de alimentos. Su continuaba la ofensiva boliviana, tendría que retroceder quien sabe hasta dónde, quizás perdiendo todo el territorio que se había conquistado a costa de tanta sangre.

Otro factor negativo para Paraguay estaba en el campo de la diplomacia, la Liga de las Naciones había intentado lograr la paz entre los dos países en conflicto, pero Paraguay se oponía tenazmente a firmar la paz ahora esa actitud jugaba en contra de Paraguay, correspondía que la Organización aplicase contra Paraguay el embargo de sus armas y sanciones económicas, hasta su protector Argentina había perdido el interés ya que los pozos petroleros aún seguían en poder de Bolivia de esta manera llegaron a la conclusión de que lo más factible era poner fin a la guerra y pronto para que el ejército paraguayo no pierda más terreno.

El gobierno argentino invitó a los cancilleres de Bolivia y el Paraguay a que viajasen a Buenos Aires para discutir las proposiciones presentadas en La Paz y Asunción. El canciller de Bolivia, doctor Tomás Manuel Elío, viajó acompañado de una frondosa delegación. En Buenos Aires, el canciller argentino, Carlos Saavedra Lamás, logró convencer al doctor Elío de que firmase un pacto de cesación de fuegos, prometiéndole que se llegaría al arbitraje en una conferencia de paz que se reuniría una vez concluida la guerra. Elío firmó el documento en cuestión. El 12 de junio de 1935 se firma el protocolo de paz entre Paraguay y Bolivia, representantes de Paraguay, Bolivia, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú y EE. UU., se reunieron en Buenos Aires para tratar las condiciones de paz entre los contendientes.

El protocolo tenía los siguientes puntos:

 

  1. El 14 de junio de 1935 a las 12 en punto del día, cesarían los fuegos en el Chaco

  2. Ninguno de los dos ejércitos debía modificar las posiciones ocupadas, ni reanudar la lucha mientras se gestiona el acuerdo definitivo.

  3. Una comisión militar neutral establecería la línea de separación entre los ejércitos de ambos países.

  4. Los gobiernos de Paraguay y Bolivia no debían adquirir material bélico hasta la firma del tratado definitivo. Y que en 90 días los ejércitos de ambos países debían reducir su tropa a 5000 hombres.

 

 

El comando boliviano, ordenó también que durante la última media hora de la guerra, todos los combatientes disparasen sus armas. La intención era hacer una demostración del potencial del Ejército, a fin de fortalecer la posición de la delegación que estaba en Buenos Aires e iba a discutir las condiciones en que se firmaría el tratado de paz.

Durante 30 minutos, desde las once y media, hasta las doce, todos los fusiles, ametralladoras y cañones vomitaron fuego con un gran derroche de proyectiles. Los paraguayos creyeron que los bolivianos, en vez de hacer las paces, se les venían encima detrás de una cortina de balas. Respondieron con todas sus armas para detener ese supuesto peligro.

Una comisión militar neutral, viajó al Chaci y luego de visitar Carandaití, donde estaba el comando del general Estigarribia y Villamonter, sede del comando boliviano, comprobó el cese de fuegos, hizo colocar postes de quebracho o guayacán al centro de la faja que separó las trincheras y propició encuentros entre los integrantes de los comandos adversarios. Los generales Peñaranda y Estigarribia se invitaron mutuamente ágapes de confraternidad en la que ellos mismos y sus acompañantes intercambiaron brindis y abrazos.  Los protocolos firmados el 12 de junio tenían que ser ratificados por los congresos de ambos países beligerantes en un plazo de 12 días máximo.

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CORRALITO DE VILLAMONTES

El 25 de abril el Presidente Salamanca llegó a Villamontes acompañado de los Ministros Etchenique y Quiroga, los generales Lanza y Sanjinés el señor Joaquín Espada y dos de sus hijos, el plan que tenía era dejar al señor Joaquín Espada como Inspector del ejército encargado de armonizar las relaciones entre el comando militar y el gobierno, idea que fue rechazada por el Coronel Moscoso que era Comandante del ejército, Salamanca aceptando la renuncia de Moscoso sugiere posesionar al general Lanza. Enrique Peñaranda fue uno de los que abogó bastante para que Moscoso no sea movido de su cargo.

En un segundo viaje que había realizado Salamanca al Chaco en julio de 1934 había dejado las órdenes de relevar al Estado Mayor, en esta ocasión el que se oponía a dichos cambios era el Coronel Rodríguez quien fue relevado de su cargo y que proponía como Jefe del Estado Mayor      a Bernandino Bilbao pero Peñaranda alegaba que no era bueno ese cambio ya que había rencillas entre David Toro y Bilbao que podía ocasionar la división del ejército. Ante tantas oposiciones por parte de los militares, el presidente nuevamente decide ir al Chaco para imponer la obediencia a sus órdenes. La noticia del viaje del presidente al Chaco y sus intenciones, provocó gran revuelo entre algunos jefes que hicieron saber al general Peñaranda que "no recibirían al presidente Salamanca y que en caso extremo estaban dispuestos a tomar una seria decisión para así impedir el atropello que dicho mandatario quería cometer". El encuentro entre el General Peñaranda y el presidente se produjo el 23 de septiembre de 1934, luego de acaloradas conversaciones sobre los cambios que debía efectuarse en el Alto Mando, el General y el presidente viajaron al Chaco, Salamanca se quedó en Villamontes, el general Peñaranda y el vicepresidente continuaron hasta Samayhuate, días después regresaron a La Paz.

Después de estos sucesos las relaciones entre Salamanca y el alto mando eran entonces pésimas, la creciente desconfianza del Presidente de la República en la capacidad técnica de los conductores del ejército, lo movió a contratar en Europa los servicios de un grupo de cinco jefes checoeslovacos que habían ganado experiencia en la Primera Guerra Mundial, para que sirviesen de asesores del Comando Superior. Los miembros de la Misión Checa llegaron a Bolivia en mayo de 1934, encabezados por el general Vilem Placek. La reacción de los jefes bolivianos era de suponerse. Los comandos de cuerpo y división, a los que se consultó su opinión, declararon su absoluta disconformidad. Después de mucha insistencia del Presidente Salamanca el Comando aceptó que los extranjeros viajaran a Villamontes, durante los meses de septiembre, octubre y noviembre la misión visitó los distintos lugares. El único resultado de la llegada de la Misión Checa fue empeorar más las relaciones entre el Presidente de la República y el Comando Superior.

A pesar de la guerra, se convocó a elecciones para Presidente y éstas se realizaron el 11 de noviembre con escaso entusiasmo. El candidato oficial Franz Tamayo (59,2 % de los votos) derrotó a Juan María Zalles. Tamayo Presidente electo, nunca llegaría a posesionarse ante la realidad de los vergonzosos hechos de Villamontes.

En su último viaje realizado al Chaco el Presidente salió de La Paz el 21 de noviembre de 1934 llegando a Villamontes el 25 de noviembre, en esta ocasión el motivo de su vista era el cambio del General Peñaranda por el del General Lanza. Salamanca no percibió que el poder del Estado había cambiado de lugar y de titular y que él solo representaba a una oligarquía decadente, la rosca del Estaño, que exigía al gobierno y al ejército pisar fuerte en el Chaco.

Al conocer las noticias Peñaranda junto a Rivera, Sanjinés, Ariñez, Gutíerrez, Serrano, Díaz, Busch y algunos jefes más, se reunieron en la noche donde se planteó un golpe de Estado, se acordó traer tropa de la línea de fuego, a las pocas horas Rivera y Castillos llegaban con camiones que trasportaban tropas del grupo de artillería 4, a dos kilómetros se apostaron dos cañones apuntando a la residencia donde estaba alojado el presidente.

Encerrado, desarmado y prácticamente solo en el edificio del comando, el anciano Presidente recibió la intimación para renunciar. No tuvo alternativa. Mientras los soldados combatían denodadamente en el frente, los jefes militares derrocaron en pleno comando de operaciones al Presidente de Bolivia. Salamanca, su hijo y el Gral. Lanza fueron embarcados en un avión hacia Santa Cruz. El 28 de noviembre, guardando las formas democráticas, se posesionó José Luis Tejada Sorzano, cuyo objetivo era buscar la paz lo antes posible. Las características de este golpe de estado hicieron que fuera recordado por la historia como el "corralito" de Villamontes.

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TRATADO DE PAZ, AMISTAD Y LÍMITES

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BATALLA DE BOQUERÓN

Inicio 7 septiembre 1932

Fin: 29 septiembre 1932

Lugar: Chaco boreal

Boquerón fue la primera batalla de la Guerra del Chaco, entre Bolivia y Paraguay.

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Argentina Aliado de Paraguay

La ayuda Argentina no se limitó solamente al plano económico, sino en el plano bélico.

Era el más interesado que Paraguay gane la guerra.

Paraguay era un país satélite de Argentina, era asiento de grandes negocios ganaderos y forestales amgloargentinos.

Además, la guerra fue apoyada desde el extranjero por multinacionales petroleras que se disputaban la explotación de los yacimientos y su vía de salida fluvial. En 1956, el luego presidente argentino Arturo Frondizi dijo: "En primera línea aparecen las repúblicas de Bolivia y Paraguay, pero detrás de ellas están: detrás de la primera, la Standard Oil of New Jersey; detrás de la segunda, los intereses económicos generales del capital angloargentino invertido en el Chaco y los intereses especiales de la Royal Dutch-Shell."

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En diciembre de 1936 el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt convoca a una Conferencia Panamericana para consolidar la paz, casi todos los ministros de Relaciones Exteriores del continente viajaron a Buenos Aires, se conformó un Comité de Tres integrado por los Cancilleres de EE UU, Brasil y Chile quienes trataría el problema de Chaco. El Comité de Tres trató de vencer la resistencia paraguaya a la cesión de un puerto para Bolivia en el río Paraguay, con varias ofertas, al ver el empecinamiento de Paraguay para ceder un puerto soberano sobre las márgenes del río Paraguay, el Comité de Tres cambió de idea pidiendo la devolución del camino Villamontes – Boyuibe Paraguay acepto la propuesta pero el Canciller boliviano Enrique Finot rechazó esa propuesta manteniéndose firme con la propuesta de un puerto sobre el río Paraguay con eso termino la Conferencia Panamericana y el asunto volvió a la Conferencia de Paz que durante todo el año de 1937 entro en un estancamiento. Muchos paraguayos están genuinamente convencidos que han ganado la guerra, que el Chaco les pertenece por derecho, que no deben retroceder un palmo de sus actuales posiciones, ni ceder facilidades portuarias a Bolivia y que si se renuevan las hostilidades serán otra vez los vencedores. Entre las naciones mediadoras, Chile se da cuenta que un fracaso en la conclusión de una paz definitiva en el Chaco, puede acarrear una   renovación   de   los   intentos de Bolivia de obtener una salida al Pacífico, de esta manera Chile desea un arreglo en lo posible que sea favorable a Bolivia. El gobierno de Perú mostró poco interés en las negociaciones.

Cuando se cumplieron los tres años de infructuosas negociaciones, llegó a su término el período presidencial del general Agustín P. Justo y por ende la dictadura de Saavedra Lamás en la conferencia, puesto que tuvo que dejar su puesto al canciller de su país y a retirarse a la vida privada. Cuando Lamas fue cambiado de su cargo por fin la Conferencia dejó de ser su instrumento personal. Aprovecharon de ello los delegados de otros países, apresuraron sus trabajos y mediante un simulado arbitraje de ellos mismos, determinaron la frontera que hoy separa a Bolivia y el Paraguay.

Los delegados de los países mediadores al sentirse libres del autoritarismo de Lamas decidieron poner la Conferencia a trabajar con el fin que había sido creada, la paz del Chaco de esta manera el comité solicitó a los ex- beligerantes que definieran sus pretensiones, Bolivia proponía que Bahía Negra sea un puerto soberano para Bolivia, Paraguay rechazó la propuesta. Pero a estas alturas el Paraguay quedaba alarmado por un tratado de vinculación ferroviaria que había firmado con el Brasil y que además se estaba gestando otro tratado similar con Argentina; otro peligro que tenía Paraguay era que Bolivia cayese en la tentación de volver a las armas, Bolivia había aumentado cinco veces más el número de sus fuerzas, se hacían trabajos en el terreno y se hacía compra de armamento. Por otro lado estaba la posición de Argentina que en caso de iniciarse nuevamente las hostilidades entre Bolivia y Paraguay no brindarían ya su apoyo al Paraguay.

El 21 de julio de 1938 se firmó el tratado de paz, los países mediadores fueron: Estados Unidos, Chile, Perú, Brasil, Argentina y Uruguay. Por este tratado el Paraguay se quedaba con un 75% del territorio del Chaco y Bolivia con el resto.

La pérdida de Boquerón fue decisiva para Bolivia, el ejército boliviano con un mayor número de tropas y mejor preparación, pero para un clima montañoso tuvieron dificultades para enfrentar el clima cálido y húmedo del Chaco, las tropas paraguayas con un mejor conocimiento del terreno permitieron tomar el control del territorio a esto se sumó la situación política de país que decaía, la vida se hizo más cara, la moneda se desvalorizó, y la  imagen de Bolivia ante los demás países era como el país agresor.

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CONSECUENCIAS

Paraguay había obtenido la victoria, pero el costo había sido enorme. El estado oficial de víctimas para   ambos países se acentuó en 90,000 muertos, 40.000 paraguayos y 50.000 bolivianos. Las cifras aumentan o disminuyen según las fuentes, pero no se alejan demasiado de estas. La movilización de hombres fue enorme, pues oscila entre 140,000 y 150.O00 para Paraguay y unos 200.000 para Bolivia. Ciertamente, Paraguay duplicó su superficie territorial con la anexión del Chaco.

La diplomacia selló un tratado que asignaba a Paraguay 246.150 Km2 del Chaco, lo que restaba toda posibilidad al petróleo boliviano de un oleoducto atravesándolo, pero las reservas existentes en la región quedaban a disposición de las compañías multinacionales. De todos modos, la Estándar Oíl había conseguido, luego de la guerra entre ambas naciones el camino que buscaba para sus productos. Cancelada la vía por el río Paraguay la única posible al petróleo boliviano era la Argentina.

Por otro lado, la guerra se había convertido en un boom para las fábricas de armamentos en los años que siguieron a la crisis de 1929, por ello tanto EE. UU. Como Gran Bretaña se encontraban en la primera fila de vendedores de material bélico y de la asignación de préstamos para adquirirlos.

Las consecuencias políticas de la guerra, fueron de largo alcance para los dos países en lucha, los compromisos contraídos para abastecer los frentes impidieron toda salida económica a los gobiernos futuros y estimularon la crisis social. No obstante, el desastre del Chaco, este trazó el camino que conduciría a la revolución nacional del 1952. Los supuestos “perdedores” subieron la Cordillera y se instalaron en Palacio desarrollando una gestión sin precedentes: fue la gestión de ilustres ciudadanos como Bilbao Rioja, Dionisio Foianini, Gualberto Villarroel, Paz Estenssoro, Hernán Siles Suazo, Walter Guevara Arce, Juan Lechín Oquendo; mítico líder minero y obrero y tantos otros.

La obra del héroe del Chaco fue social, militar, diplomática, y geopolíticamente profunda. Logró vinculación ferroviaria con Brasil y Argentina y conquistó, sin disparar un solo tiro, el puerto soberano hacia el Océano Atlántico, en la margen occidental del Río Paraguay.

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